En consulta suelo trabajar algunos temas de manera recurrente. Uno de estos temas suele ser el del miedo al juicio de los demás.
Suelo escribir inspirada en las personas a las que acompaño, cuyas dolencias resuenan con las mías ya transitadas. Comparto un pequeño extracto de un mensaje inspirado en un caso concreto, pero que puede servir para muchos/as.
“No eres la única que recibe críticas destructivas. Muchas personas hemos recibido ataques en modo de acusaciones, calumnias, injurias y críticas destructivas. Suelen basarse en mentiras y en informaciones sesgadas, tomando algún dato sobre ti, exagerándolo y distorsionándolo. No te preocupes, esto suele ser fruto de la envidia, del resentimiento o de otros intereses que buscan dañar tu honor y tu imagen.
Hay personas que no pueden hacer otra cosa que maldecir, calumniar y criticar. No pueden vivir de otra manera más que enredadas en el conflicto, en el ataque o en su propia negatividad. Y esas acusaciones falsas que te intentan lanzar son una energía que las teje a ellas.
Ante tu duda de cómo responder, a veces está bien no regalar la comodidad de tu silencio y alzar la voz en honor a tu verdad. Pero si entras a responder estos chismes, puedes abrir una guerra y alimentar el conflicto del que se alimentan las personas que emiten este tipo de ataques.
Estate tranquila porque las personas que merecen estar en tu corazón no absorberán ni adoptarán la mirada dañina de quien te critica de esa manera.
Una opción muy sabia es «soltar la lucha». No necesitas defenderte. Responder te hace ser igual que ellos/as. Si entras en la lucha todo esto se hará más grande y de sobra sabes que aquello que alimentas con tu atención, crece.
Algo muy importante es no creerte lo que estas personas dicen de ti. Si en esos ataques hay algún poso constructivo, aprovéchalo para evolucionar. Lo que insulta tu alma, descártalo.
Enfócate y proyéctate en tu vida y en tu felicidad. Ve a tu corazón y contacta con tu verdad, tu paz y tu tranquilidad. Esas críticas no tienen poder cuando tú estás en tu centro. Contacta con tu fuerza y cierra la puerta con firmeza a lo que no merece estar en tu vida, en tu mente o en tu corazón”.